
Desde muy pequeña he sentido un dolor muy grande ante la pobreza, la injusticia y la discriminación.
Esta es la triada que núnca falta en los desfavorecidos sociales, excluidos de toda felicidad de poseer algún derecho de riquezas y sin oportunidades de escalar en la jerarquia social donde los ricos, siempre son los mismos.
Cuantas inquietudes inundan mi mente, cuando al despertar cada mañana me doy cuenta que no puedo hacer nada y los que si podrían ayudar se hacen de la vista gorda y solo se enfocan en lo suyo...
En sus" intereses", no piensan en los demás, no sacan una migaja de pan para alimentar a un niño hambriento y enfermo.
Es mas grande la hambruna del banquero o la desesperación del funcionario de gobierno, que teniendo los bolsillos llenos de riqueza y una vida poderosa no sacian sus deseos de conseguir siempre más, convirtiendo su ambición en una plaga mortal.
Y la muerte, cuando toca sus puertas sin decoro y desvergonzada se lleva al emperador más importante y al vagabundo mas desfavorecido; no tiene dignidad no le importa quien fuiste, solo se adueña de ti y te lleva para núnca regresar.
Solo el de alma pura puede morir y resucitar, en un paraíso de bondad donde la pobreza y el sufrimiento núnca más podra penetrar.
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